Hoy domingo del 2011 parece una de esas tardes eternas que vivi cuando era nino en Corocito o Santa Helena, (Tame, Arauca, Colombia) cuando los alumnos se iban para sus casas despues de clase y mi mama (mi mama fue profesora en el campo, toda su vida) y yo nos quedamos solitos, en la escuela que tambien era la casa donde viviamos. El pueblo quedaba a una hora de camino, no teniamos medios para trasmportarnos todos los dias, solo cada fin de semana. Cuando llegaba el silencio, mi mamà encontraba algo para hacer, remendar algo, preparar clases, lavar loza, preparar comida, lavar ropa, pero yo en cambio no, no tenia juguetes, el concepto de juguetes en esa epoca y en esa region de los llanos no existia, es decir, como no habia television ni siquiera sabiamos que existian, y ademas quien podria jugar solo, todas las tardes, de todos los anos?. El sol brillaba, la brisa calida corria por todas partes y el calor no invitaba a nadie a salir de la sombra. El silencio se oia, una aveja pa...
Canadá desde los ojos de un inmigrante latino.